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El poder de la debilidad

En nuestro quebrantamiento, tenemos que comenzar a exhibir el magnetismo de la abnegación. Al dar ejemplo de autenticidad en nuestras relaciones, nuestra vida será un aroma agradable para los que nos rodean.

Dios es todopoderoso, pero sus acciones no siempre son percibidas con claridad. Al igual que Elías, a menudo esperamos ver algo espectacular cuando Dios obra. Elías había luchado con gallardía contra los falsos profetas. Sin embargo, después de su encuentro con ellos en el Monte Carmelo cayó en el desaliento. Había obtenido una victoria resonante, pero sorprendentemente, se escabulló para ocultarse cuando la reina lo amenazó. “¿Qué haces aquí, Elías?” (1 Reyes 19:9, NVI).1 Elías deseaba tener todas las garantías posibles de parte del Dios Creador. Y así fue, pero no exactamente como lo esperaba. Hubo una gran demostración de poder cuando un gran viento destruyó las montañas, y a este le siguió un terremoto que sacudió el suelo, y luego un incendio. Pero era solo ruido, porque el Señor no estaba en esos eventos dramáticos.

Entonces Elías escuchó una voz suave y apacible, casi como un susurro. ¿Cuántas veces hemos buscado a Dios, pero no lo hemos hallado, debido a expectativas erróneas o porque lo hemos estado buscando en el lugar equivocado? Habíamos esperado escuchar una cantidad de instrucciones, pero solo recibimos una impresión. Cuando Dios habla con voz de trueno, temblamos como los hijos de Israel en el Monte Sinaí, olvidando que su omnipotencia no disminuye cuando nos habla en susurros

DOS CLASES DE PODER

Dos reyes —Jesús y Herodes— representan dos pode- res diferentes. Uno es el poder redentor; el otro es el poder destructor. Herodes adoptó el tipo de poder que devaluó y destruyó destinos. Su despótico poder no conocía rival real o imaginario. En un impulso, ordenó matar a los bebés indefensos de Belén (Mateo 2:16-18). Era un rey paranoico; Jesús escapó de sus ataques asesinos solo por poco.

Herodes usó su poder para edificar fortalezas y monumentos; el más grande, quizás, fue el templo judío. Pasó todo el tiempo construyendo edificios para promoverse, mientras al mismo tiempo llenaba sepulcros con los cadáveres de enemigos reales o percibidos. Tenía poder, pero por cierto no del tipo que construye vidas. Buscar poder para glorificación propia es contraproducente; en efecto, es autodestructor. Es fácil adquirir los rasgos narcisistas si uno busca el reconocimiento. El virus de la exaltación propia puede infectarnos fácilmente si escogemos edificar monumentos que muestren vanagloriosos poderes monárquicos.

A diferencia de Herodes, Jesús presentó un tipo diferente de poder: el poder de la debilidad, que fue revolucionario. Era igual a Dios, pero voluntariamente renunció a ese derecho. Como Creador, tenía todo bajo su mando, pero aun así, en la Tierra declaró: “Las zorras tienen guaridas y las aves de los cielos nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde recostar la cabeza” (Lucas 9:58). No dejó un legado de templos imponentes o fortalezas formidables. Nosotros somos su templo; él es nuestra fortaleza. Jesús se dedicó a reconstruir vidas dañadas por el pecado. Brindó esperanza a los desesperados. Desplegó al máximo el poder redentor y magnético del autosacrificio: “Y yo, cuando sea levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo” (Juan 12:32). Jesús demostró el poder redentor en la cruz; en la debilidad, conquistó. Triste es decirlo, la debilidad es una moneda devaluada en la interacción de poderes en nuestro mundo caído. Pero hemos de vivir como Cristo, lo que nos permitirá tener un impacto positivo en la vida de todos aquellos con quienes nos encontremos.

John Maxwell estaba en lo cierto cuando escribió: “El liderazgo es influencia”.2 Con esto, quiso decir que el poder de la influencia es suave y sutil, no coercitivo o tosco. “El poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente”, señaló en cierta ocasión Lord Acton.3 Nadie es una isla; somos influido por otros, así como influimos sobre los que nos rodean. La mala noticia es que nuestra influencia quizá no siempre es positiva, aun si actuamos de manera deliberada. Es posible, ya sea intencional o inintencionalmente, hacer el mal y tener éxito al influir sobre muchos. En efecto, una influencia negativa a menudo parece superar una buena. Nuestra naturaleza caída suele ceder fácilmente a la atracción de las influencias negativas.

MOLIDO POR NUESTROS PECADOS

El profeta Isaías escribió del Mesías: “Mas él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados” (Isaías 53:5). Otra traducción expresa que fue “aplastado por nuestros pecados” (NTV). Isaías usa metáforas que indican debilidad o incapacidad. Pero en esa condición, el Mesías liberó el poder de sanar y restaurar. Sabía lo que significaba ser molido vicariamente por nuestros pecados. Al citar Isaías 42:1-4, Mateo escribió: “La caña cascada no quebrará y el pabilo que humea no apagará, hasta que haga triunfar el juicio” (Mateo 12:20). En todo su ministerio, Jesús reparó cañas cascadas y encendió pabilos que humeaban. Una caña cascada implica indefensión e inestabilidad, algo que tiene que ser descartado. Jesús ministró a muchas de esas personas, lastimadas emocional, espiritual o físicamente, que la mayoría del mundo considera prescindible. Un ejemplo fue cuando le dijo a la mujer atrapada en adulterio: “Ni yo te condeno; vete y no peques más” (Juan 8:11). Jesús se dedicó a reencender los pabilos que humeaban.

Solo necesitamos mirar a nuestro alrededor para ver que muchas personas son pabilos que humean o cañas cascadas que necesitan ayuda. Están sufriendo y llevando una pesada carga de rechazo y ostracismo. Algunos están siendo sofocados en el abrazo agobiante de las injustas estructuras sociales que producen alienación y privación de derechos. ¿Qué podemos hacer? ¿Y si nosotros mismos somos cañas cascadas?

AGENTES DE SANACIÓN

Henri Nouwen escribió hace algunos años The Wounded Healer: Ministry in Contemporary Society [El sanador herido: el ministerio en la sociedad contemporánea]. En cierto sentido, todos hemos sido heridos por el pecado. Pero, aunque hemos sido heridos o quebrantados, aún podemos ser agentes de sanación. Mediante el poder del Espíritu Santo, tenemos que reconstruir vidas fragmentadas. Todos necesitamos a alguien que sople el viento vigorizante de afirmación en las velas de nuestro barco. A veces, nadie sino nosotros mismos podemos hacerlo. Podemos reavivar nuestra vida estancada extendiéndonos a ayudar a otra persona, ofreciéndoles una palabra amable y una sonrisa tranquilizadora. ¿Cómo estoy usando el poder de mi quebrantamiento en mis interacciones con otros?

Viktor Frankl, un siquiatra austríaco y sobreviviente del Holocausto, brindó perspectivas de la búsqueda humana del significado. Observó correctamente que “la vida no es primordialmente una búsqueda del placer […] o de poder […] sino de significado”.4 Como cristianos, creemos que el objetivo de la vida es cumplir el propósito divino para nuestra vida individual al desplegar el poder de manera redentora. Podemos inflar el lánguido sentido de significado en mundo sin sentido. Hay muchas formas de lograr esto en nuestras instituciones y comunidades. Las plataformas de medios sociales como Facebook, Twitter, Instagram y TikTok son elementos de influencia poderosa que pueden ser utilizados de manera creativa para brindar un sentido de propósito y significado a la vida de las personas.

Paradójicamente, sin embargo, con las casi interminables plataformas que ofrecen los medios sociales, el mundo parece más desconectado que nunca. Hay un sentimiento de soledad y aislamiento, en especial entre los jóvenes. El énfasis en la conectividad es hueco si no nos conectamos con Dios. Los medios sociales pueden ser usados para conectar a las personas con aquel que dijo: “El que beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna” (Juan 4:14). Mediante visitas y la distribución de vivificantes impresos sobre el evangelio, los estudiantes pueden recibir —y dar a otros— la oportunidad de experimentar la vida en su mejor versión. Hemos sido llamados a cambiar la narrativa y ser agentes de esperanza para los desesperados.

En nuestro quebrantamiento, comenzaremos a exhibir el magnetismo de la abnegación. Al dar ejemplo de autenticidad en nuestras relaciones, nuestra vida será un aroma agradable para los que nos rodean. Hay un poder oculto específico en la debilidad que vamos a descubrir individualmente para nosotros mismos, así como lo hizo el apóstol Pablo cuando dijo: “Cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Corintios 12:10). Si reconocemos nuestra debilidad, será más probable que dependamos de Dios, para que su poder pueda descansar sobre nosotros. El poder que redime no es algo que debamos asir; acaso tengamos que ser heridos o golpeados antes de que ese poder sea liberado.

Ademola S. Tayo (PhD, Educación del Desarrollo, Universidad Central Luzon State, Nueva Ecija, Filipinas) es profesor de Educación del Desarrollo y rector de la Universidad Babcock, Ilishan-Remo, Ogun State, Nigeria. Su correo electrónico es: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Efe M. Ehioghae (PhD, Teología y Ética Cristiana, Universidad Olabisi Onabanjo, Ago-Iwoye, Nigeria) es profesor de Teología Cristiana y Ética y vicerrector asociado de la Universidad Babcock, Ilishan-Remo, Ogun State, Nigeria. Su correo electrónico es: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Citación Recomendada

Ademola S. Tayo y Efe M. Ehioghae, "El poder de la debilidad," Diálogo 35:3 (2023): 19-21

NOTAS Y REFERENCIAS

1 A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas pertenecen a la versión Reina-Valera 95® © Sociedades Bíblicas Unidas, 1995. Usada con autorización. Las citas que dicen NVI pertenecen a la Nueva Versión Internacional® NVI® © 1999, 2015, 2022 por Bíblica, Inc.®, Inc.® Usado con permiso de Bíblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo. La cita que dice NTV pertenece a la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.

2 John Maxwell, “Your Influence Inventory,” Maxwell Leadership Podcast (17 de abril de 2019): https://johnmaxwellleadershippodcast.com/episodes/john-maxwell-your-influence-inventory#:~:text=John%20 C.,that%20everyone%20is%20a%20leader.

3 Lord Acton, Acton Institute, Lord Acton Quote Archive: https://www.acton.org/research/lord-acton-quote-archive#:~:text=%E2%80%9CPower%20 tends%20to%20corrupt%20and,certainty%20of%20corruption%20 by%20authority.%E2%80%9D.

4 “Viktor E. Frankl Quotes on the Meaning of Life”: https://graciousquotes. com/viktor-frankl/.

https://dialogue.adventist.org/es/3879/el-poder-de-la-debilidad

El poder de la debilidad https://advent7.org/images/articles/art-H60.jpg#joomlaImage://local-images/articles/art-H60.jpg?width=1200&height=800 ADVENT7

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