Sansón fue un niño milagro (Jueces 13:2–25). Un regalo de Dios para Manoa y su esposa estéril. Sansón fue dotado por Dios con un poder especial para cumplir los propósitos divinos. Dios usó a Sansón para derrotar a los filisteos, los enemigos de Israel, y para establecer el propósito de Dios para su pueblo. Sansón vio en su vida cómo Dios podía dar poder a sus escogidos para experimentar su guía y liberación, como cuando descuartizó a un león que lo atacaba, sin utilizar otra herramienta que sus propias manos (Jueces 14:5, 6).
En la vida nos enfrentamos a situaciones como las de Sansón. Dios tiene un plan, y nunca nos ha prometido una vida sin luchas, sin peligros. Continuamente enfrentamos riesgos y desafíos, algunos de los cuales pueden ser simples y otros equivalentes a enfrentar leones. Cualesquiera sean los incidentes y accidentes de la vida, ya sean enfermedades, traiciones, odio, malentendidos, pérdida de trabajos, exámenes en sábado, pérdida de seres queridos, etc., nos corresponde a nosotros descubrir los propósitos de Dios detrás de ellos.
Elena G. White escribió: “Aquellos mismos a quienes Dios quiere usar como sus instrumentos para una obra especial son los que con todo su poder Satanás procura extraviar. Nos ataca en nuestros puntos débiles y obra por medio de los defectos de nuestro carácter para obtener el dominio de todo nuestro ser, pues sabe que si conservamos estos defectos él tendrá éxito. Pero nadie necesita ser vencido. No se le deja solo al hombre para que venza el poder del mal mediante sus débiles esfuerzos. Hay ayuda puesta a su disposición, y ella será dada a toda alma que realmente la desee”.1
Satanás sabía que Sansón tenía debilidades y defectos de carácter y se esforzó por explotarlos. Mientras se preparaba para un banquete de bodas para casarse con una joven filistea, un matrimonio que sus padres no habían aprobado, Sansón enfrentó otro desafío. Una banda de 30 personas vinieron a él como acompañantes. Dado que estos eran filisteos, los enemigos de Israel, es muy poco probable que estos hombres estuvieran allí para alentar a Sansón —un israelita— a casarse con una mujer filistea. Su objetivo era observarlo y, posiblemente, atraparlo para llevar a cabo su misión despiadada. Aparentemente, al darse cuenta de su motivo siniestro, Sansón les lanzó un acertijo de verificación: “Del devorador salió comida, y del fuerte salió dulzura” (Jueces 14:14, RVR1960).2 El acertijo, que surgió de su encuentro personal y victoria ante un león, se usó como un mensaje de advertencia: de las circunstancias difíciles (el ataque de un león) pueden surgir bendiciones (saborear algo tan dulce como la miel).
A menudo en la vida nos enfrentamos a situaciones feroces y aterradoras. Puede que no nos enfrentemos a un león, pero a menudo nos encontramos con pruebas ante las que nos sentimos incómodos y con sufrimientos insoportables. Un león, a menudo llamado el “rey de la selva”, es un animal fuerte y extremadamente feroz y brutal. Los leones no son animales para jugar. Una búsqueda en Google produce una lista de algunos de los rasgos de los leones: majestuosos, extremadamente fuertes, feroces, valientes y poseedores de gran poder. En efecto, encontrarse cara a cara con un león sería atemorizante y aterrador.
La pandemia de COVID-19 que enfrentamos reciente- mente fue una de esas situaciones en las que otro tipo de león puso a los poderosos “de rodillas”. La pandemia arrasó fuerte y brutalmente. Estaba destinada a aniquilar, y así lo hizo. Nos escondimos de ella como si nos hubiésemos estado escondiendo de un león rugiente. Incluso aquellos que escaparon de su ira saben cuán seria fue. Este es solo un ejemplo de cómo Satanás trata de derribarnos. Pero hay otras situaciones aterradoras a las que nos enfrentamos continuamente. ¿Cómo debemos enfrentarlas?
CÓMO LIDIAR CON NUESTROS LEONES
Primero, “no temas”.Así es como la Biblia comienza su mensaje acerca de qué hacer en las emergencias aterradoras de la vida (ver Génesis 15:1; 21:17; Apocalipsis 1:17). La vida nunca nos ha prometido un recorrido cómodo. Los desafíos y peligros inesperados, se abalanzan sobre nosotros como leones, y cuando lo hacen, alteran nuestros planes y metas. Algunos de ellos pueden ser el resultado de nuestras malas decisiones, mientras que otros pueden no estar relacionados con ninguna acción abierta que hayamos emprendido. Cualquiera sea el león al que nos enfrentemos, no nos quedaremos solos, aunque suframos magulladuras. La ayuda está a la mano y disponible para todos los que la reclaman. Esto puede convertirse en dulzura derivada de la situación aterradora. En el caso de la pandemia del COVID-19, se informaron algunas situaciones positivas, como las siguientes:
- Varias personas adquirieron nuevas habilidades, como aprender a usar una computadora, aprender a conducir, tocar un instrumento musical, usar mejores métodos de jardinería, etc. Algunos habían luchado por lograr estas metas durante mucho tiempo y finalmente lograron el éxito y disfrutan así de una dulce experiencia.
- Algunas relaciones familiares mejoraron. Las familias se conocen mejor como resultado de pasar más tiempo juntos y de hacer cosas intencionales para mejorar las relaciones, como orar juntos, estudiar la Biblia, comer acompañados, hacer los quehaceres del hogar juntos, seguir y participar de reuniones por Zoom, hacer ejercicio y mucho más.
- Hubo una reducción en la incidencia de enfermedades respiratorias, con menos reportes de tos, gripe y padecimientos asociados, posiblemente debido al uso de máscaras, lavado/desinfección frecuente de manos y cuidado adicional en asuntos relacionados con la higiene y la salud. También fue importante el hecho de que la calidad del aire era mejor, ya que las fuentes de muchos contaminantes, como las industrias y los viajes, no eran operativos o funcionaban a niveles reducidos.
- Algunas personas comenzaron y/o completaron una calificación educativa (título, diploma, certificado) que no podrían haber encajado en su horario durante tiempos normales.
Segundo, enfrenta a tus leones con Dios
Sansón al enfrentarse al león fue gracias al poder de Dios. Cuando enfrentó el peligro con valentía y resolución, el Espíritu del Señor vino sobre él y lo capacitó para vencer a la terrible bestia. Cualquiera sea el león en nuestro camino, es tan fuerte como lo dejemos ser. El que está de nuestro lado es el empoderador. Él ya ha vencido, y su victoria es nuestra.
La asombrosa fuerza de Sansón no es algo que haya desarrollado por su cuenta. Fue por el Espíritu del Señor que venció. Por el mismo poder podemos vencer. Dios envía su poder para permitirnos a todos enfrentar los leones en nuestras vidas y convertir tales encuentros en triunfos.
Por lo tanto, pide el coraje para enfrentar al león, mien- tras conoces más a Jesús, a través del estudio de su Palabra y pidiendo el cumplimiento de sus promesas. Él nos puede salvar de todos los enemigos, incluidos los leones. La victoria es siempre suya.
Enfréntate al león con oración ante todo. La oración es la llave que Dios nos ha dado para abrir el tesoro del cielo que nos equipará con todas las herramientas que necesitamos para la victoria espiritual.
Enfréntate al león con la Palabra de Dios. Tenemos la seguridad: “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti” (Salmo 119:11).
Enfréntate al león, conociendo las promesas de Dios. Son la fuente y la base de la victoria sobre cada desafío.
Enfréntate al león, alineándote con la mayor fuerza que tienes en tu arsenal para luchar contra el enemigo. En Cristo tenemos todo lo que necesitamos para sustentarnos. “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe” (1 Juan 5:4). El consejo de Elena G. White es oportuno: “La historia de Sansón encierra una lección para aquellos cuyos caracteres aún no están formados, que todavía no han entrado en la etapa activa de la vida. Los jóvenes que ingresen en nuestros colegios y escuelas encontrarán allí todo tipo de mentalidades. Si desean diversión y tonterías, si buscan rehuir a los buenos y unirse con los malos, tienen la oportunidad de hacerlo. El pecado y la justicia están frente a ellos y deben elegir por sí mismos. Pero recuerden que “todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”.3
Hudson Kibuuka (DEd, Universidad de Sudáfrica) es editor de Diálogo y director asociado de Educación de la Asociación General, Silver Spring, Maryland, EE. UU.
Citación Recomendada
Hudson Kibuuka, "Enfrentándose al león como Sansón," Diálogo 35:3 (2023): 3-4
Notas y referencias
1 Elena G. White, Conflicto y Valor (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1971), 132.
2 A menos que se indique lo contrario, todas las referencias bíblicas en este editorial son citadas de la Versión Reina-Valera 1960 de la Biblia. Escritura tomada de la versión Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Utilizado con permiso.
3 Elena G. White, Conflicto y valor, 135.
https://dialogue.adventist.org/es/3861/enfrentandose-al-leon-como-sanson