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Halloween: ¿Debemos Celebrarlo?

Dan Namanya

La historia de Halloween revela que su celebración no tiene ninguna raíz en la Palabra de Dios. Su origen y prácticas paganas parecen haber sido tomadas a la ligera.

¿Está bien que los cristianos celebren Halloween? ¿Ofrece la Biblia alguna orientación al respecto?

A muchas personas les entusiasma celebrar Halloween. Otras se preguntan si celebrar Halloween honra y glorifica a Dios. Examinemos en qué consiste Halloween, a la luz de la instrucción de Pablo en 1 Corintios 10:31, “Por tanto, ya sea que coman o beban, o que hagan otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios” (RVA-2015)1.

Halloween es una de las fiestas más celebradas en todo el mundo2. En su libro Halloween: From Pagan Ritual to Party Night [Halloween: De ritual pagano a noche de fiesta], Nicholas Rogers escribe, “Halloween al final del milenio se ha convertido en una de las principales noches de fiesta para adultos, posiblemente la más importante después de Año Nuevo”.3 También plantea algunas preguntas sobre Halloween: ¿Qué tiene Halloween que hace que la gente gaste tanto en disfraces y decoraciones? En segundo lugar, ¿se trata Halloween solo de divertirse, o hay algo más que ni siquiera los que lo celebran son conscientes de ello? En tercer lugar, ¿cómo entender la creciente popularidad de Halloween, no solo entre los niños, sino también entre los adultos?4

DIFERENTES PUNTOS DE VISTA

Algunos escritores de hoy en día ven Halloween como una forma de divertirse, aunque no era el caso en generaciones pasadas.5 Otros escritores asocian Halloween con el paganismo y la brujería, lo que crea sentimientos encontrados sobre la conveniencia de celebrar la fiesta.6 Como cristianos debemos preguntarnos si la celebración de Halloween nos acerca a Dios o nos aleja de él. Otra cuestión importante que se debe considerar es si la celebración de Halloween crea una atmósfera que da la bienvenida al Espíritu Santo para trabajar en las vidas de las personas.7 Es loable divertirse y socializar, pero nunca debemos deshonrar a nuestro Creador y alejar al Espíritu Santo cuando nos involucramos en actividades “divertidas”.

Algunos de los que celebran Halloween dicen que afecta positivamente a la salud mental y física porque alivia el estrés y refresca la mente. Sugieren que la celebración aporta una curación natural al cuerpo. Por otro lado, los seguidores de la Biblia denuncian Halloween como un acontecimiento que glorifica a Satanás, consciente o inconscientemente.8 Una comprensión más profunda y clara de Halloween nos ayudará a saber por qué nosotros, como hijos de Dios, debemos mantenernos alejados de tal celebración.

Halloween y el día de todos los santos

En el calendario de la Iglesia Católica Romana, el 1 de noviembre es el Día de Todos los Santos (en inglés, All Saints’ Day o All Hallows’ Day), que conmemora a los santos que no tienen asignado un día especial en el calendario. De ahí viene el término inglés Halloween, que se celebra en la víspera del Día de Todos los Santos.9 Es una época en la que la gente se disfraza, sale a pedir dulces y talla calabazas huecas. Fantasmas, brujas y vampiros son disfraces populares entre los niños que van de casa en casa gritando “queremos Halloween” y amenazando con un “truco” si no reciben un dulce. Los dulces suelen ser un caramelo.10

CÓMO EMPEZÓ HALLOWEEN

Aunque hoy en día la celebración de Halloween esté totalmente relacionada con la diversión, en sus orígenes no tenía nada que ver con eso. Halloween tiene sus orígenes en antiguos festivales celebrados durante la estación otoñal, para marcar el comienzo del invierno.11 Su celebración comenzó con los celtas de la antigua Gran Bretaña e Irlanda. Los celtas adoraban al sol, entre otros dioses, y se preocupaban por las estaciones en las que no habría sol. Se les ocurrieron diferentes teorías; una de ellas era que Samhain, el dios de los muertos, luchaba con el sol y triunfaba sobre él, haciéndolo desparecer. Consideraban el invierno como una señal de que el sol había perdido la batalla y no tenía poder para brillar. Los celtas creían que, durante este tiempo, los muertos caminarían sobre la tierra con el poder de su dios, Samhain. Era una época aterradora para los vivos, ya que creían que las almas de los muertos elegían a los siguientes en morir.12

Como sus vidas estaban en juego, los celtas buscaban protección en sus sacerdotes, los druidas, porque creían que tenían poderes mágicos para luchar contra Samhain. Para ahuyentar a los muertos, los druidas encendían grandes hogueras y obligaban a la gente a llevar disfraces que daban miedo. La gente también llevaba máscaras parecidas a fantasmas para no ser reconocidos y evitar así ser elegidos como los próximos en morir.13

Cuando los romanos conquistaron y gobernaron a los celtas, adaptaron Halloween y lo convirtieron en una fiesta especial de los muertos.14 Más tarde, la Iglesia Católica Romana adoptó el 1 de noviembre como el día festivo para honrar a sus santos difuntos. Con el tiempo, Halloween empezó a celebrarse la noche anterior al Día de Todos los Santos.15

LA BIBLIA Y HALLOWEEN

Aunque la Biblia no aborda directamente el tema de la celebración de Halloween, ofrece principios que nos guiarán para asegurarnos de que todo lo que hacemos debe agradar a Dios. Basándonos en el origen y la historia de Halloween, está claro que esta celebración no tiene nada que ver con adorar al Creador o acercarnos a Dios. En cambio, se trata más bien de paganismo y prácticas ocultas que son contrarias a las enseñanzas de la Biblia, como la creencia de que los muertos no están completamente muertos. La Biblia enseña claramente que los muertos nada saben (Eclesiastés 9:5).

Los cristianos creyentes en la Biblia deben tener cuidado de no participar en ninguna celebración que tengan orígenes malignos o satánicos. Participar en tales actividades significa adorar indirectamente al diablo, en lugar de al Dios Creador (Salmo 24:1).

La Palabra de Dios nos amonesta, “no tengan ninguna participación en las infructuosas obras de las tinieblas sino, más bien, denúncienlas” (Efesios 5:11). Se nos instruye, además, que “no pueden beber la copa del Señor y la copa de los demonios. No pueden participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios” (1 Corintios 10:21).

Saber que Halloween, con sus orígenes paganos, no glorifica a Dios debería alertar a los cristianos para que eviten cualquier tipo de participación en las celebraciones de esta fiesta. Hay que guiar bien a los niños para que no encuentren alegría y felicidad en las cosas del diablo. Es peligroso disfrutar de cualquier cosa que promueva la adoración del diablo, ya sea directa o indirectamente. Solo Dios merece nuestro honor y adoración. Sobre todo, cualquier tipo de celebración o actividad que sea condenada por la Palabra de Dios no debe tener lugar en la vida de un cristiano.

Aunque mucha gente no crea en la existencia del diablo y de las fuerzas del mal, la Biblia nos dice que debemos tener cuidado, porque en este mundo hay principados y potestades malignos (Efesios 6:12). Desde el Génesis hasta el Apocalipsis, nos encontramos cara a cara con la gran lucha entre la luz y las tinieblas, entre Cristo y Satanás (Génesis 3; Job 1:6–11; Mateo 8:28–32; Apocalipsis 12:3–9). Las cosas que hacemos cada día determinan de qué lado estamos.

La historia y el origen de Halloween revelan que esta celebración no tiene sus raíces en la Palabra de Dios. Es de origen pagano y está rodeada de prácticas paganas y ocultistas, un hecho que hoy parece olvidado y al que a menudo se resta importancia. En su evaluación de Halloween, Gerhard Pfandl, en un reflexivo artículo en la revista Adventist Review,16 observó que muchas personas hoy en día ya no creen en la existencia del diablo y los demonios. Consideran que no hay nada malo en participar en las divertidas actividades de estas “reliquias religiosas del pasado”. “A los niños se les enseña que no existen seres como las brujas y los espíritus malignos y que solo es divertido disfrazarse de fantasmas o duendes”. Pfandl añade que “la negación moderna de la existencia de Satanás y las fuerzas demoníacas es claramente contraria a la Escrituras”, y advierte que “la participación en las costumbres de Halloween puede parecer una diversión inocente para niños y adultos, pero es una forma más que Satanás puede utilizar para engañar a la gente y hacerlos creer que no hay nada malo en jugar un poco con el mundo de los espíritus y los demonios”.17

Si alguna vez hubo un momento en que necesitamos tomar esta instrucción en serio, es hoy. Elena G. White advirtió que “son muchos los que se horrorizan al pensar en consultar a los médiums espiritistas, pero se sienten atraídos por las formas más agradables del espiritismo”.18 El diablo tiene muchas maneras de hacer que las cosas malas parezcan tan atractivas que cualquiera puede ser fácilmente seducido. Sin embargo, como hijos de Dios que desean hacer su voluntad y vivir en armonía con él, necesitamos probar todo con la Biblia. Tenemos que estar alerta a prácticas como Halloween cuyo origen es totalmente contrario a la Palabra de Dios. Lo mejor que podemos hacer es dejar que la Palabra de Dios siga siendo una lámpara para nuestros pies y una lumbrera para nuestro camino (Salmo 119:105).

Dan Namanya (DMin, Instituto Internacional Adventista de Estudios Avanzados, Filipinas) es pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo Día SolaFide, en Ciudad de BSD, en la región metropolitana de Yakarta, Indonesia Su correo electrónico es: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..

Citación Recomendada

Dan Namanya, "Halloween: ¿Debemos Celebrarlo?," Diálogo 35:2 (2023): 10-13

Notas y Referencias

1 Todas las referencias bíblicas en este artículo son tomadas de la versión de la Biblia Reina Valera Actualizada (RVA-2015). Versión Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 por Editorial Mundo Hispano.

2 Las distintas fuentes varían en su clasificación de las fiestas más populares en todo el mundo, pero la mayoría incluye Halloween entre las 10 primeras.

3 Nicholas Rogers, Halloween: From Pagan Ritual to Party Night (New York: Oxford University Press, 2003), 6.

4 Ibid., 8–10.

5 Halloween se celebra cada 31 de octubre. Ese día, muchas personas decoran sus casas con calabazas y fantasmas imaginarios. Algunos adultos y niños llevan disfraces y máscaras. Van de puerta en puerta para pedir dulces. Se divierten. Pero hace mucho tiempo, Halloween no era nada divertido. Véase Alice K. Flanagan, Halloween (Minneapolis, Minn.: Compass Point Books, 2001), 24-28.

6 John Ankerberg, John Weldon, and Dillon Burroughs, The Facts on Halloween (Eugene, Ore.: Harvest House Publishers, 2008), 6.

7 Ibidv

8 Rogers Halloween

9 Gerhard Pfandl, “What Every Christian Should Know About Halloween,” Adventist Review (October 24, 2015): https://adventistreview.org/news/what-every-christian-should-know-about-halloween/.

10 Encyclopedia Britannica, s.v., “Halloween”: https://www.britannica.com/topic/Halloween.

11 Ibid.: Pfandl, “What Every Christian Should Know About Halloween.”

12 Martin Hintz and Kate Hintz, Halloween: Why We Celebrate It the Way We Do(Mankato, Minn.: Capstone Press, 1998), 11–13.

13 Ibid.

14 Ibid., 13.

15 Ibid.

16 Pfandl, “What Every Christian Should Know About Halloween.”

17 Ibid.

18 Elena G. de White, Profetas y reyes (Nampa, ID: Pacific Press Publishing Association, 1957), 156.

https://dialogue.adventist.org/es/3815/halloween-debemos-celebrarlo

Halloween: ¿Debemos Celebrarlo? https://advent7.org/images/articles/art-H28.jpg#joomlaImage://local-images/articles/art-H28.jpg?width=1200&height=800 ADVENT7